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    El MSCI World: ¿Patrón de oro mundial o espejismo americano?

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    En una lluviosa mañana de viernes en Múnich, el asesor financiero Thomas Weber explica a una joven pareja las ventajas de un plan de ahorro ETF sobre el índice MSCI World. Sus palabras suenan convincentes: "Con una sola inversión, se accede a más de 1.400 empresas de 23 países desarrollados de todo el mundo". Lo que no menciona es que casi tres cuartas partes de esta inversión supuestamente global fluye hacia la renta variable estadounidense.

    Esta escena se repite a diario en las sesiones de asesoramiento de toda Europa. El MSCI World se ha convertido en el patrón oro para los inversores pasivos, especialmente para los que invierten en renta variable por primera vez. Pero tras la fachada de la inversión "global" se esconden realidades que muchos inversores no acaban de comprender, y es hora de analizarlas críticamente.

    Una apuesta por América disfrazada de diversificación

    Las cifras hablan por sí solas: la renta variable estadounidense representa actualmente alrededor del 73,6% del MSCI World. Este predominio ha aumentado drásticamente con el paso del tiempo: en 2011, la ponderación de EE. UU. aún rondaba los 50%. Un vistazo a las diez mayores posiciones del índice revela una imagen aún más clara: todas las diez primeras posiciones están ocupadas por empresas estadounidenses, encabezadas por los gigantes tecnológicos Apple, Microsoft, Alphabet y Amazon.

    "Se podría comparar el MSCI World con un yogur que anuncia de forma prominente las bayas en el envase, cuando en realidad sólo constituyen una fracción del producto", explica el Dr. Klaus Müller, analista financiero de un importante banco alemán. "Muchos inversores no se dan cuenta de que en realidad están haciendo una apuesta masiva por América con un ETF MSCI World".

    Esta evolución no es casual. El índice sigue la capitalización del mercado, y las empresas tecnológicas estadounidenses han experimentado aumentos de valor sin precedentes en los últimos años. Una comparación reveladora: el rendimiento del MSCI World y del índice estadounidense S&P 500 ha sido notablemente constante durante largos periodos de tiempo, un claro indicio de la dependencia de Estados Unidos.

    La anatomía de un "índice mundial"

    El MSCI World se lanzó en 1969 y desde entonces se ha convertido en uno de los índices de referencia más importantes para las inversiones en renta variable internacional. Con 1.396 empresas de 23 mercados desarrollados, cubre alrededor del 85% de la capitalización bursátil de estos países.

    Un análisis más detallado de la distribución por países muestra el desequilibrio: tras Estados Unidos, con 73,57%, le siguen Japón, con sólo 5,26%, y el Reino Unido, con unos escasos 3,49%. Alemania, la cuarta economía mundial, tiene unos modestos 2,19%.

    También hay una clara concentración en los sectores: la tecnología de la información está a la cabeza con 24,90%, seguida del sector financiero con 16,50% y los bienes de consumo cíclicos con 11,27%. Aunque esta concentración refleja el cambio tecnológico de las últimas décadas, conduce a un desequilibrio sectorial que conlleva riesgos adicionales.

    Un éxito impresionante hasta la fecha

    A pesar de todas las críticas, el rendimiento del MSCI World hasta la fecha ha sido impresionante. Desde 1978, el índice ha logrado una rentabilidad media anual del 10,4%. Una inversión de 10.000 euros en 1978 habría crecido hasta más de 900.000 euros en la actualidad: un argumento convincente para los inversores a largo plazo.

    El índice también ha sido convincente en los últimos tiempos. Tras una caída de alrededor de 40,33% en el punto álgido de la crisis financiera de 2008, el índice se recuperó rápidamente. En 2019, registró un impresionante aumento de 28,40%, en 2023 un incremento de valor de 24,42%, y la tendencia positiva continuó en 2024 con un aumento de alrededor de 19,19%.

    Estas cifras explican por qué el MSCI World se ha convertido en el instrumento de entrada para toda una generación de inversores, especialmente en países como Alemania, donde la cultura de la renta variable es tradicionalmente débil. "La sencillez del concepto -comprar el mundo y mantenerlo a largo plazo- resulta atractiva para muchos inversores", explica Michael Hartmann, asesor financiero independiente de Berlín.

    Los peligrosos puntos ciegos de un "índice mundial"

    Pero el nombre "Mundial" es engañoso, como critican cada vez más sus detractores. El índice sólo incluye 23 países desarrollados y excluye importantes mercados emergentes como China, India y Brasil, economías que en conjunto representan más del 40% del PIB mundial y figuran entre los mercados de más rápido crecimiento del mundo.

    "Es como afirmar que se ha ganado la Copa del Mundo, pero sólo han participado equipos de Europa y Norteamérica", afirma Claudia Bergmann, experta financiera independiente de Berlín. "Un índice verdaderamente global también tendría que tener en cuenta los mercados emergentes que darán forma a la economía mundial del mañana".

    Otro punto criticable es que el índice se centra en empresas grandes y medianas. El umbral de inclusión es una capitalización bursátil de al menos 1.700 millones de francos suizos. Quedan excluidas las empresas más pequeñas y con mayor potencial de crecimiento. Estas "pequeñas capitalizaciones" albergan a menudo los motores de la innovación y el crecimiento del mañana", explica Bergmann.

    Para los inversores europeos, existe un riesgo adicional: las fluctuaciones del tipo de cambio dólar/euro pueden tener un impacto significativo en el rendimiento. En 2022/2023, el dólar se debilitó significativamente frente al euro, lo que frenó la renta variable estadounidense en las carteras de los inversores en euros. "Muchos inversores subestiman el riesgo cambiario asociado a una orientación tan fuerte hacia EE.UU.", advierte el Dr. Schulz, economista de la Universidad de Fráncfort.

    Es hora de cuestionar el dominio estadounidense

    Mientras los partidarios sostienen que el dominio estadounidense en el MSCI World refleja simplemente la realidad económica, cada vez son más las voces que critican esta concentración.

    "La economía estadounidense representa alrededor de 25% del PIB mundial, pero controla casi 75% del MSCI World - esta discrepancia ya no puede justificarse", argumenta el Prof. Dr. Heinz Schmidt, economista financiero de la Universidad de Hamburgo. "Lo que vemos aquí no es la importancia económica real de los países, sino una distorsión debida a la capitalización bursátil y a las diferencias de valoración".

    La elevada valoración de las acciones estadounidenses, sobre todo en el sector tecnológico, ha dado lugar a una concentración única en la historia. "Los Siete Magníficos -Apple, Microsoft, Alphabet, Amazon, Nvidia, Meta y Tesla- representan ahora una parte desproporcionada del índice", explica Schmidt. "Esta concentración extrema aumenta el riesgo para los inversores que pensaban que estaban ampliamente diversificados".

    También se cuestiona cada vez más la sostenibilidad a largo plazo del dominio estadounidense. "EE.UU. se enfrenta a enormes retos estructurales: desde la elevada deuda nacional y la creciente desigualdad social hasta las tensiones geopolíticas", advierte la Dra. Julia Meyer, economista de un importante banco europeo. "Sería negligente ver el futuro desarrollo económico únicamente a través de los ojos de EE.UU.".

    Alternativas convincentes para el inversor crítico

    Para los inversores que buscan una diversificación global más amplia y equilibrada, existen ahora más alternativas que nunca. El MSCI All Country World Index (ACWI) incluye también los mercados emergentes, lo que ofrece una visión más completa de los mercados mundiales de renta variable. Con una ponderación estadounidense de aproximadamente 63%, sigue teniendo un fuerte sesgo estadounidense, pero está bastante más equilibrado que el MSCI World.

    El FTSE All-World Equal Weight Index va un paso más allá al dar a cada país la misma ponderación, independientemente de su capitalización bursátil. "Este enfoque reduce drásticamente el predominio estadounidense y garantiza una auténtica diversificación geográfica", explica la asesora financiera Sabine Müller, de Fráncfort.

    Otra opción es la combinación estratégica de distintos índices. "Una cartera de 50% MSCI World, 30% MSCI Emerging Markets y 20% MSCI Europe ofrece una cobertura global mucho más equilibrada", recomienda Müller. "Esta combinación reduce la ponderación de EE.UU. a unos 40% al tiempo que aumenta la exposición a los mercados emergentes y Europa".

    Para los inversores que buscan una asignación sectorial diversificada, los ETF de igual ponderación, que dan a cada sector la misma ponderación independientemente de su capitalización bursátil, son una buena opción. "Así se evita una concentración excesiva en sectores concretos, como el tecnológico, y se garantiza una distribución más equilibrada", explica Müller.

    Los ETF basados en factores que siguen determinadas estrategias de inversión como el valor, la calidad o la volatilidad mínima son también una alternativa cada vez más popular. "Estos factores han demostrado su eficacia histórica y pueden compensar la orientación unilateral del MSCI World", afirma Müller.

    Gestionar activamente los riesgos de cambio

    Los inversores europeos tampoco deben subestimar el componente monetario. "Cuando se invierte en el MSCI World, automáticamente se asume un considerable riesgo dólar", advierte el asesor financiero Hartmann. "En tiempos de debilidad del dólar, esto puede tener un impacto negativo significativo en el rendimiento".

    Hay varias formas de gestionar este riesgo. Las variantes de ETF con cobertura de divisas (los llamados ETF "cubiertos") eliminan el riesgo de divisas, aunque a menudo a un coste más elevado. Otra estrategia consiste en añadir bonos o acciones denominados en euros para reducir la exposición a la divisa.

    "Los ETF de bonos diversificados globalmente denominados en divisas locales también son especialmente interesantes", explica Hartmann. "Estos no solo ofrecen diversificación en el lado de los bonos, sino que también contrarrestan la exposición al dólar en la cartera de renta variable".

    El factor sostenibilidad: ESG como oportunidad de reorientación

    La creciente importancia de las inversiones sostenibles ofrece otra oportunidad de mejorar la diversificación. "Los índices ESG, como el MSCI World SRI o el MSCI World ESG Leaders, suelen tener una composición geográfica y sectorial diferente a la del MSCI World tradicional", explica la Dra. Laura Schmidt, experta en inversiones sostenibles.

    Las empresas europeas, en particular, suelen obtener mejores resultados en criterios ASG que sus homólogas estadounidenses, lo que da lugar a una mayor ponderación de Europa en estos índices. "El MSCI World SRI, por ejemplo, tiene una ponderación estadounidense de unos 65% en lugar de los 74% del índice clásico", afirma Schmidt. "Esto conduce automáticamente a una asignación geográfica más equilibrada".

    También hay diferencias a nivel sectorial: "Los índices ESG suelen tener una ponderación menor en el sector del petróleo y el gas y en determinadas empresas industriales con una elevada huella de carbono", explica Schmidt. "Esto puede dar lugar a una estructura de riesgo-rentabilidad diferente, que ofrece ventajas en determinadas fases del mercado".

    El futuro: cambios tectónicos en la economía mundial

    A largo plazo, la composición geográfica del MSCI World podría cambiar radicalmente. "Nos enfrentamos a cambios tectónicos en el orden económico mundial", predice la Dra. Martina Schulz, economista de la Universidad de Fráncfort. "La cuota de los mercados emergentes en el PIB mundial seguirá aumentando, mientras que la importancia relativa de EE.UU. y Europa disminuirá".

    Esta evolución podría llevar a reevaluar las categorías tradicionales de los índices. "La estricta división entre mercados 'desarrollados' y 'emergentes' se cuestiona cada vez más", explica Schulz. "Países como Corea del Sur y Taiwán podrían unirse pronto a las filas de los mercados desarrollados, mientras que China ya no puede ser ignorada debido a su enorme tamaño".

    El auge de nuevos centros tecnológicos fuera de EE.UU. también podría cambiar el panorama. "Europa está invirtiendo mucho en tecnologías del futuro como la inteligencia artificial, la computación cuántica y las tecnologías verdes", afirma Schulz. "Países asiáticos como Corea del Sur, Taiwán y, cada vez más, India se están convirtiendo en potencias tecnológicas. Esto podría debilitar el dominio estadounidense en el sector tecnológico a largo plazo".

    El factor demográfico: el envejecimiento como reto

    Un aspecto que a menudo se pasa por alto es el desarrollo demográfico. "EE.UU. se enfrenta a un desarrollo demográfico mucho más favorable que muchos otros países desarrollados, en particular Japón y Alemania", explica el Dr. Michael Braun, experto en demografía. "Esto podría repercutir a largo plazo en el crecimiento económico y, por tanto, también en la evolución de los mercados bursátiles".

    Por otro lado, los mercados emergentes, con su población joven y en crecimiento, ofrecen un potencial considerable. "India superará a China como país más poblado del mundo y cuenta con una clase media joven y con aspiraciones", afirma Braun. "Esto crea un enorme potencial de crecimiento que no se refleja en el MSCI World".

    Los riesgos de la concentración

    La extrema concentración del MSCI World también alberga riesgos sistémicos. "Si unas pocas grandes empresas tienen una influencia desproporcionada en el índice, esto puede provocar distorsiones y la formación de burbujas", advierte el profesor Schmidt. "La burbuja tecnológica de finales de los 90 y la actual concentración en grandes valores tecnológicos muestran pautas similares".

    La concentración sectorial también es motivo de preocupación. "El sector tecnológico domina cada vez más el índice, lo que aumenta la dependencia de un solo sector", explica Schmidt. "Esto contradice la idea básica de diversificación y aumenta el riesgo de la cartera".

    Una herramienta, no una panacea

    Al final, a pesar de todas las críticas, el MSCI World sigue siendo una herramienta valiosa para los inversores a largo plazo, pero es hora de reconocer sus limitaciones y explorar alternativas.

    "El MSCI World es una excelente inversión básica, pero no una panacea", resume el asesor financiero Weber. "Ante la extrema concentración estadounidense y el olvido de importantes mercados en crecimiento, los inversores deberían plantearse ampliar su cartera".

    La buena noticia es que ahora hay más formas que nunca de construir una cartera verdaderamente diversificada a escala mundial. "Con una combinación bien estudiada de diferentes índices, enfoques basados en factores e inversiones sostenibles, los inversores pueden lograr una asignación global más equilibrada", explica Müller.

    Para los inversores particulares que no quieren profundizar en los detalles, los ETF multiactivos pueden ser una alternativa interesante. "Estos ofrecen una amplia diversificación entre distintas clases de activos, regiones y sectores con un solo producto", explica Hartmann. "A menudo son más baratos que los fondos de gestión activa y siguen ofreciendo una diversificación profesional".

    Conclusión: Ha llegado la hora de replantearse las inversiones mundiales

    El MSCI World ha atraído a toda una generación de inversores al mercado bursátil y ha proporcionado rendimientos impresionantes. Sin embargo, su fuerte sesgo estadounidense y el olvido de importantes mercados en crecimiento se están convirtiendo cada vez más en un problema.

    Parece haber llegado el momento de adoptar una visión más diferenciada de las inversiones mundiales. El mundo está cambiando rápidamente y las estrategias de inversión deben seguir este ritmo. Un análisis crítico del predominio de Estados Unidos y una diversificación selectiva en regiones desatendidas pueden dar lugar a carteras más sólidas a largo plazo.

    "Cualquiera que invierta hoy en el MSCI World debe saber que está invirtiendo principalmente en América - con todas las oportunidades y riesgos que esta concentración conlleva", resume el Dr. Schulz. "Una cartera verdaderamente global requiere algo más que un único índice, por muy prestigioso que suene su nombre".

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