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    Informes de inteligencia revelan: COVID-19 probablemente se originó en un laboratorio chino

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    Cinco años después del inicio de la pandemia mundial, cada vez hay más pruebas de que el coronavirus puede haberse originado en un laboratorio de Wuhan. Al parecer, el Servicio Federal de Inteligencia (BND) asume desde 2020 con gran probabilidad que un accidente de laboratorio en China desencadenó la pandemia de coronavirus, una evaluación que se mantuvo en secreto durante años. Esta explosiva revelación arroja nueva luz sobre la cuestión original y podría tener consecuencias políticas de gran alcance.

    Operación de inteligencia alemana «Saaremaa» y sus hallazgos

    Según investigaciones de "Zeit" y "Süddeutsche Zeitung", la BND ya estimó la probabilidad de un accidente de laboratorio entre un 80 % y un 95 % en 2020. Bajo el nombre en clave "Proyecto Saaremaa" (nombre de una isla estonia en el mar Báltico), los investigadores de la BND recopilaron datos inéditos y documentos internos de investigadores chinos que, combinados con información pública, permitieron extraer conclusiones sobre el origen del virus. La inteligencia sugiere que el patógeno se originó en el Instituto de Virología de Wuhan, un centro líder en investigación de virus en China.

    El BND basa su evaluación en un “índice de probabilidad” especial, una medida de la fiabilidad de la información. La teoría del laboratorio está clasificada como “probable” por el servicio de inteligencia exterior alemán, aunque faltan pruebas definitivas. El análisis también incluyó datos científicos del instituto de investigación chino, que aparentemente indican experimentos riesgosos y numerosas violaciones de las normas de seguridad del laboratorio.

    Silencio político bajo dos cancillerías

    Lo que es particularmente explosivo es que estos hallazgos no se hicieron públicos ni durante el gobierno de Angela Merkel ni durante el de su sucesor, Olaf Scholz. Según informes, quienes fueron informados fueron la entonces canciller de la CDU, su compañero de partido y jefe de la Cancillería Helge Braun y el secretario de Estado responsable de los servicios de inteligencia, Johannes Geisman. Ninguno de los tres quiso hacer comentarios sobre las acusaciones. Merkel se limitó a señalar que los documentos estaban en la Cancillería.

    Tras el cambio de gobierno de Merkel a Scholz, el jefe de la BND, Bruno Kahl, habría informado nuevamente a la Cancillería sobre la operación y la evaluación del servicio de inteligencia. Sin embargo, ni la Comisión de Control Parlamentario del Bundestag, encargada de supervisar los servicios de inteligencia, ni tampoco la Organización Mundial de la Salud (OMS) fueron informados.

    Recién a finales de 2024 el gobierno alemán aparentemente decidió encargar a expertos externos que revisaran las conclusiones del BND. Desde diciembre de 2024, científicos externos de alto rango examinan la validez de las conclusiones de la BND por encargo de la Cancillería Federal, entre ellos el presidente del Instituto Robert Koch, Lars Schade, y el virólogo berlinés Christian Drosten. Aún no está disponible el resultado final de esta revisión.

    Reacciones moderadas de la ciencia

    La comunidad científica sigue teniendo una visión diferenciada sobre la cuestión del origen del virus. El virólogo berlinés Christian Drosten, que durante mucho tiempo apoyó la teoría del origen natural, se ha mostrado cada vez más escéptico. “Cuanto más tiempo pasa, más escéptico me vuelvo”, dijo Drosten al periódico “taz” en enero. Señaló que China era técnicamente capaz de proporcionar evidencia del origen natural.

    "Lo sorprendente es que se pudo demostrar el origen natural. Los científicos chinos tienen toda la capacidad técnica para hacerlo", explicó Drosten. El hecho de que no se hayan publicado dichos estudios deja espacio a la especulación. "¿La política estatal prohíbe trabajar en esto? Quizás. Pero la otra explicación sería que no hubo ningún virus natural", continuó Drosten.

    Es importante distinguir entre diferentes “tesis de laboratorio”. Aunque Drosten descarta que se trate de un virus manipulado artificialmente en el laboratorio basándose en análisis de ARN, la posibilidad de que un patógeno natural se haya transmitido a los humanos en un accidente de laboratorio sigue siendo bastante posible.

    Las agencias de inteligencia internacionales llegan a conclusiones similares

    La evaluación del BND no es la única. Las agencias de inteligencia estadounidenses también han ajustado sus evaluaciones del origen del virus en los últimos años. Según informes, la CIA ahora también cree que un mal funcionamiento del laboratorio fue la causa de la pandemia, pero con “poca confianza” en este hallazgo. El FBI evaluó el origen de laboratorio con “confianza moderada”, mientras que el Departamento de Energía de EE. UU. llegó a una conclusión similar, pero con “baja confianza”.

    Cabe señalar que la comunidad de inteligencia internacional no ha llegado a una conclusión unánime. Otras cuatro agencias de inteligencia estadounidenses creen con “poca confianza” que el ataque fue de origen natural, mientras que la CIA permaneció indecisa durante un tiempo. Este desacuerdo refleja la naturaleza compleja de la evidencia y resalta la dificultad de llegar a un veredicto final sin la plena cooperación de las autoridades chinas.

    El Instituto de Virología de Wuhan en el punto de mira

    En el centro de la controversia se encuentra el Instituto de Virología de Wuhan, una institución líder en investigación virológica china. Desde 2018, el instituto alberga el Centro de Colección de Cultivos de Virus, el banco de virus más grande de Asia con aproximadamente 1.500 cepas de patógenos. Además, en 2015 se inauguró allí el primer laboratorio del país con el más alto nivel de protección biológica BSL-4.

    Particularmente explosivos son los hallazgos de los llamados experimentos de “ganancia de función” realizados en el Instituto de Virología de Wuhan. En estos experimentos se modifican específicamente los virus para aumentar su transmisibilidad o virulencia. Según el Berliner Zeitung, datos oficiales del gobierno estadounidense muestran que la EcoHealth Alliance recibió aproximadamente 94,3 millones de dólares en fondos de los contribuyentes del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID) entre 2008 y 2024, en parte para la investigación de virus de murciélagos.

    Al parecer, el BND ha recogido pruebas de que en China no se respetaron los estándares de seguridad a la hora de manipular virus. En general, se dijo que las precauciones de seguridad en Wuhan se manejaron de manera “sorprendentemente laxa” y que la dejadez fue generalizada.

    Implicaciones y perspectivas políticas

    Las revelaciones podrían tener consecuencias políticas de gran alcance, particularmente para las relaciones entre Alemania y China. Sin embargo, el gobierno alemán no parece creer que China admita su culpabilidad como resultado de las revelaciones después de tantos años. Existe un temor mayor de que Pekín contraataque y presente ciertas series de datos o publicaciones como incorrectas.

    Sin embargo, la BND espera que el "Proyecto Saaremaa" pueda ayudar a garantizar que en el futuro los experimentos de laboratorio sobre mutaciones del virus solo se permitan bajo condiciones más estrictas.6. El debate sobre el origen del virus sigue siendo muy explosivo, como también lo es la cuestión de qué información tienen realmente los gobiernos de todo el mundo sobre el origen del SARS-CoV-2 y qué pueden estar ocultando.

    Cinco años después del primer confinamiento y de las drásticas restricciones a la vida pública en todo el mundo, la cuestión del origen sigue teniendo un interés que va más allá del mero interés científico. Es fundamental para una revisión exhaustiva de la pandemia y las lecciones que deben aprenderse de ella a nivel mundial, especialmente con respecto a los estándares de seguridad en la investigación de patógenos potencialmente peligrosos.

    Conclusión: La búsqueda de la verdad continúa

    A pesar de los hallazgos del BND, la pregunta sobre el origen del coronavirus sigue sin respuesta. Hasta la fecha no existe evidencia irrefutable para ninguna de las dos teorías en competencia: origen natural o accidente de laboratorio. La investigación se ve obstaculizada aún más por el bloqueo por parte del gobierno chino de las investigaciones de la OMS y la retención de datos importantes.

    Pero lo que muestran los nuevos avances es que la teoría del laboratorio no es un fenómeno marginal ni una teoría conspirativa, sino una opción seria que los servicios de inteligencia de distintos países consideran verdadera con distintos grados de probabilidad. El creciente escepticismo incluso entre científicos como Christian Drosten, que durante mucho tiempo defendió la teoría del origen natural, ilustra cómo la evaluación puede cambiar a medida que pasa el tiempo y falta evidencia del origen natural.

    Sigue siendo cuestionable si el mundo algún día sabrá con absoluta certeza cómo comenzó la pandemia. Pero las revelaciones sobre la evaluación del BND han reavivado el debate y subrayan la necesidad de transparencia internacional en las investigaciones de alto riesgo, independientemente de lo que en última instancia se reconozca como verdad.

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